La digitalización ha cambiado radicalmente la forma en que la sociedad se comunica y relaciona. Las redes sociales y las nuevas tecnologías han traído consigo una nueva forma de mensajería, esto ha permitido una hiperconectividad nunca antes vista. Contra todo pronóstico, esta nueva forma de interactuar está lejos de generar esa conexión profunda y significativa.
La dependencia de las interacciones digitales, la superficialidad de la comunicación en redes sociales y el auge de las IA, han alterado profundamente las relaciones humanas tradicionales. Esto nos lleva a una desconexión emocional. Nos referimos a la disminución de la capacidad para relacionarse de manera íntegra con otras personas gracias al uso de las nuevas tecnologías.
Desde los inicios de la mensajería en línea durante los 90s, con plataformas como ICQ o MSN Messenger, hasta la creación de redes sociales grandes como Facebook y Twitter en los 2000s, la comunicación digital ha seguido un camino que parece alejarnos más que acercarnos. Inclusive las propias compañías detrás de estas redes han comenzado a admitir las consecuencias negativas de sus productos.
Se reconoce que el uso excesivo de las plataformas puede impactar negativamente la salud mental de los usuarios, contribuyendo a la soledad y el aislamiento social. Han sido distintos artículos e investigaciones quienes han decidido indagar en este tema, proporcionando interesantes estudios que otorgan perspectiva sobre la desconexión ligada al uso recurrente de las redes sociales.
Esta línea de tiempo explorará los distintos hitos que han pavimentado el camino hacia la desconexión emocional y social. Además, buscará reconocer la historia y evolución de la mensajería digital y su relación con la conexión humana, resaltando cómo la tecnología ha cambiado para siempre nuestras interacciones. En un mundo lleno de likes, notificaciones, mensajes instantáneos y emojis, muchas veces falta la conexión real y emocional entre los individuos.